ChileChile
Detalle
ISBN 978-956-6057-47-5

Deudas del cambio y democracia en Chile

Autores:
Zilveti Vásquez, Maya
Candia Agusti, Eduardo Esteban
Retamales Ramírez, Matías Franco
Campos Castro, Tomás Ignacio
Salas Ramos, Valentina
Editorial:Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
Materia:Democracias modernas
Público objetivo:General
Publicado:2025-12-02
Número de edición:1
Tamaño:500Mb
Soporte:Digital
Formato:PDF (.pdf)
Idioma:Español

Reseña

El debate acerca del futuro de la democracia en el mundo se ha intensificado. En Chile, algunos diagnósticos destacan su resiliencia a partir de la fortaleza de sus instituciones y su capacidad, desde la recuperación de la democracia en los noventa, para desarrollar políticas públicas exitosas que han mejorado el bienestar de la población. Otros sostienen que la democracia chilena se encuentra amenazada por la fragmentación, la polarización y la crisis de representación, y por la corrupción y la proliferación de la desinformación, entre otros factores.
Esta publicación se inscribe en ese debate. Y emplea, como lente de análisis, las deudas del cambio que perciben las personas en Chile. Es decir, su evaluación negativa de los cambios recientes. Para ello profundiza en algunos de los principales hallazgos del reciente Informe sobre Desarrollo Humano en Chile 2024, titulado ¿Por qué nos cuesta cambiar? Conducir los cambios para un Desarrollo Humano Sostenible, y analiza empíricamente cómo la evaluación que las personas hacen de los cambios recientes del país se relaciona con su apoyo a la democracia como forma de gobierno, y con disposiciones subjetivas relevantes para sostenerla en la vida social. A partir de este análisis se identifican, en el plano subjetivo, tanto riesgos para la democracia que requieren atención como oportunidades que deben aprovecharse para su fortalecimiento.
Los resultados muestran que Chile tiene una base cultural y subjetiva favorable a la democracia, y eso es una condición clave para su resiliencia. Pero también evidencian señales de riesgo, pues, mientras más negativa es la evaluación de los cambios recientes y del delivery democrático, mayor es la disposición a adoptar actitudes y prácticas que debilitan la democracia. Estas señales se aprecian al analizar la relación entre el apoyo a la democracia y la percepción de deudas del cambio. Si bien la ciudadanía manifiesta una contundente adhesión a la democracia como forma de gobierno, las percepciones de que en los últimos cinco años Chile está cambiando para peor, o bien que nada ha cambiado, se asocian a una mayor distancia respecto de la democracia como forma de gobierno, ya sea a través de la postura condicional o la indiferente hacia ese régimen.
Los riesgos para la democracia se aprecian también en las preferencias sobre cómo deben adoptarse las principales decisiones en el país. En los tres grupos de apoyo a la democracia –demócratas, condicionales e indiferentes– es alta la proporción que considera que los actores políticos y las personas democráticamente electas son quienes deben tomar las decisiones más importantes. Pero quienes manifiestan una postura condicional priorizan una lógica tecnócrata en la toma de decisiones, así como la preferencia por personas como uno para que adopten las decisiones se acentúa en el grupo de indiferentes.
Pero hay algo más profundo en riesgo: la base relacional y cultural requerida para sostener y renovar la democracia en la vida cotidiana. Los datos muestran que las personas más tolerantes al uso de la violencia para alcanzar objetivos políticos y a los excesos policiales en contextos de inseguridad ciudadana, más proclives al punitivismo, que más aceptan la desigualdad y la exclusión o que prefieren liderazgos confrontacionales tienden a ser precisamente aquellas con una mayor percepción de deterioro y estancamiento del país. Además, las deudas del cambio se vinculan con un menor involucramiento político y una menor disposición a asumir costos fundamentales para la vida democrática, como la tolerancia al conflicto, la capacidad de espera y la voluntad de ceder.
En este contexto, atender las deudas del cambio y mejorar el delivery de la democracia es tanto un imperativo normativo ante necesidades sociales evidentes como una condición fundamental para la sostenibilidad del régimen en la vida cotidiana. Es además clave para el futuro de la política, y especialmente para la representación y la intermediación. No basta con las reformas formales al sistema político, es necesario que los liderazgos políticos mejoren el desempeño del sistema.
Sin embargo, no da lo mismo la manera en que la sociedad chilena enfrente estos desafíos. Las formas de cambiar importan tanto como los cambios mismos. Algunas respuestas pueden traducirse en logros aparentes en el corto plazo, e incluso concitar apoyo ciudadano, pero erosionar profundamente la base cultural y relacional que es capaz de sostener y renovar la democracia. Por eso los cambios deben cumplir una doble condición: que se concreten mediante mecanismos democráticos y que asuman como horizonte normativo el fortalecimiento de la democracia. En última instancia, la democracia debe concebirse al mismo tiempo como medio y como fin.

Contáctenos:

Avda. Lib. Bdo. O'Higgins 1370, Of. 502. Santiago / Tel. 226720348