Inocencia
La inocencia no es solo infancia.
A veces es ignorancia, otras, defensa.
También es quedarse mirando algo demasiado tiempo, sin entender del todo qué se mueve dentro.
En Inocencia, cada relato explora una forma distinta de esa palabra: la jurídica, la emocional, la que nace del no saber o del callar.
Entre el campo y la ciudad, entre el cuerpo y el territorio, la escritura transita como una voz que busca sentido.
Son historias donde lo cotidiano se contamina de sueño, donde la ternura y el espanto se tocan, y el lenguaje se vuelve el único refugio posible.
Porque la inocencia, más que un estado, es una herida abierta: el gesto de quien mira el mundo y todavía se asombra, aun sabiendo que el asombro duele.