Era yo y de repente octubre
En tiempos donde todo tiende a fragmentarse, donde la indiferencia parece la única estrategia de supervivencia, Era yo y de repente octubre plantea una poética que vuelve a mirar el dolor, que lo habita y lo nombra. Desde ahí, se inscribe en la tradición más viva de la poesía contemporánea chilena: esa que no separa el cuerpo del territorio, la emoción de la lucha, el deseo de la historia.
Este libro, que arde en lo íntimo y se expande en lo colectivo, se posiciona como una obra urgente para nuestros días. Un recordatorio de que, incluso hoy, cuando el mundo se cae a pedazos, la poesía sigue siendo una forma de sostenernos. Y que la ternura —dicha con rabia o con amor, con vino o con escombros— sigue siendo uno de los últimos lugares donde aún es posible respirar.
Javier Ossandón