Sara Braun
En el poder de la Patagonia
Desde mediados del siglo XIX, la Patagonia de Chile Austral fue el inhóspito escenario para la llegada de chilenos y europeos que, sin más opción, eran llamados a hacer soberanía en un territorio que era necesario mantener a salvo debido a su ubicación estratégica: el Estrecho de Magallanes, por entonces el único paso de navegación entre los océanos Pacífico y Atlántico.
Sara Braun llegó a Punta Arenas proveniente de la Rusia Zarista junto a sus padres y hermanos siendo una niña, huyendo de la persecución a la que eran sometidos en su condición de judíos.
Al igual que las demás familias de colonos llevadas al austro por su carácter laborioso, empuje y deseos de labrarse un futuro, tuvieron que sortear todo tipo de vicisitudes y sacrificios impuestos por la lejanía, el clima extremo y la falta de recursos.
Casada por conveniencia con el portugués José Nogueira, en su momento el empresario más rico de aquellas latitudes, su vida distó mucho de la de otras mujeres acaudaladas y aristócratas del país con las cuales históricamente se le ha comparado. Esto, debido a su origen modesto, condición de extranjera y por la sucesión de hechos brutales que marcaron el acontecer de un territorio en que la codicia y la lejanía del poder central hacían imperar la ley del más fuerte.