Reseña

Habitación 575 es una joya breve pero intensa que logra conmover con la economía de palabras propia del género japonés. En sus páginas se despliega un delicado y profundo universo de emociones: el amor entre dos mujeres se expresa con una belleza contenida, donde cada imagen parece nacida de un silencio hondo.

Los haikus amorosos y eróticos vibran con una sensualidad sutil, hecha de cuerpos que se rozan en la penumbra, de jadeos sugeridos entre metáforas naturales. No hay exceso ni exhibicionismo, sino una ternura ardiente, cargada de deseo. En contraste, los poemas más tristes se hunden en una melancolía casi espectral, donde la ausencia, el abandono y el dolor se condensan en pocas sílabas que golpean como verdades reveladas.

La voz de esta autora es íntima, a veces desgarrada, pero siempre honesta. Su mirada sobre el amor lésbico no busca explicar ni justificar: simplemente lo muestra, lo celebra, lo llora. Con una escritura limpia, sin adornos innecesarios, estos haikus nos recuerdan que en la brevedad también habita la eternidad.

Un libro para leer con calma, para releer en soledad, y para guardar cerca del corazón.