Repensando el neoliberalismo, repensando los movimientos sociales
El neoliberalismo no resulta un buen ejemplo de movimiento
social en un sentido estricto. Sus ideólogos mayormente
no han elegido esta etiqueta para sí mismos; el término
“neoliberalismo” es mucho más a menudo desplegado por
sus enemigos cuando nombran aquello y a aquellos que
están atacando. Y, sin embargo, en su defensa de su
particular repertorio de políticas públicas, en su formación
de organizaciones favorables a su causa, en su cabildeo
a Gobiernos, en sus esfuerzos educativos para difundir sus
ideas a través de fronteras nacionales, en su búsqueda de
aliados y su competencia con adversarios, en su provisión
de apoyo financiero para desarrollar investigaciones y forma-
ciones afines, en su fomento de programas que abordan
situaciones históricas particulares, las acciones de los
neoliberales pueden ser examinadas con las herramientas
estándar del análisis de los movimientos sociales.
Como en otros movimientos, podemos estudiar sus “estruc-
turas de movilización”, la estructura cambiante de oportuni-
dades y amenazas, y la manera en que los actores del
movimiento enmarcan sus elaboradas ideas para alinearlas
con otras ideas.
Quizás sea posible reconocer en el análisis de Chouhy
cierta continuidad con la insistencia de Marx en que las
luchas ideológicas no son conflictos de ideas abstractas,
sino el resultado de un trabajo humano organizado por
actores colectivos que despliegan sus ideas en luchas
sociales.