Reseña

Siguiendo a Dante y a John Milton por si acaso —los
dos íconos grandes de la poesía—, el autor formula
La divina comedia recobrada señalando que todo,
absolutamente todo es una molécula, el Universo es un
Cerebro, un Cerebro en expansión al igual que los
Soles y planetas.
Todo se genera a partir del Pensamiento, porque
sin el Pensamiento las estrellas no podrían brillar. El
ser humano, los planetas, los Soles, las galaxias son
moléculas, y el Universo entero visto desde lejos es y
parece ser una «gran molécula», lo enfatiza.
El autor señala que el Sol o Sol maestro —como
el que está allá arriba— y el agujero negro están
unidos como el Amo y el Sirviente, toda la fuerza la
saca el Sol del agujero negro que le da vida, luego
vemos que Júpiter y Saturno se constituyen en dos
Soles negros, grandes, poderosos, gaseosos que se
convertirán a la larga —cuando el Sistema Solar
llegue a su etapa cúlmine— en dos agujeros negros
pequeños, menores.
El coro celestial existe en las nueves esferas o
nueve cielos cerebrales, dice el autor, con sus
ángeles, arcángeles, principados, potestades, virtudes,
dominaciones, tronos, querubines y serafines
haciendo énfasis en las Avispas Sagradas como tales
y en los Cilindros Sagrados o Minions que todo lo
crean, que desembocarán en la «trigonometría del
robot», la que hace constituir al ser humano y el alma
humana como tales, como vemos…