Siempre volvemos a Comala
En el presente libro de la poeta Soledad Fariña, nos encontramos con un mundo habitado y deshabitado, al mismo tiempo, con un cruce entre espectros que transitan por un país que se sumerge entre el humo de las bombas y la Historia, sosteniéndose en diálogos e imágenes permeados por respuestas a preguntas tan difusas como difíciles.
¿Qué podemos entender cuando la experiencia es oscura? La autora nos propone Comala como el territorio de lo inconcluso y espeso que quedó fuera del Tiempo y sostiene las múltiples voces que confluyen en esta obra en busca de respuestas que les permitan inscribir en la realidad lo que fueron sus experiencias, sueños y luchas.
Resulta crucial, en estos tiempos, regresar a los relatos truncados que marcaron un quiebre en Chile y América Latina de la mano de una de las poetas más importantes de las últimas décadas.
Soledad Fariña nos entrega una obra en la cual canaliza y conecta las voces desaparecidas por la violencia, en un gesto que establece cruces de experiencias de personas que transitan entre el holocausto y las torturas del régimen militar chileno; entre Juan Rulfo y Allende; entre el pasado y el presente.