Reseña

A 50 años del golpe de Estado que derrocó la democracia en Chile e inició una de las etapas más oscuras de la historia nacional, caracterizada por el horror y la comisión sistemática de los crímenes más cruentos, sigue siendo necesario relevar la voz de las víctimas y sobrevivientes. En especial, para visibilizar la violencia política sexual cometida contra las mujeres, que por largo tiempo se ha buscado ocultar y normalizar, minimizando su gravedad y las consecuencias individuales y colectivas generadas.
El terrorismo de Estado, salvaje durante 17 años, aplicó en contra de las mujeres una política de represión y castigo específica y diferenciada, que por décadas se mantuvo silenciada. A fin de romper ese silencio, en torno a los 30 años del golpe de Estado, la Fundación Instituto de la Mujer y la Corporación La Morada llevaron adelante una investigación orientada a “develar la violencia sexual practicada a mujeres durante el período 1973-1990, como constitutiva del crimen de tortura, y reforzar el proceso de reconocimiento y reparación a las mujeres víctimas de la misma”.
Los resultados del estudio constan en el informe de investigación Las Mujeres víctimas de violencia sexual como tortura durante la represión política en Chile 1973-1990: Un secreto a voces, de julio de 2004. El estudio contempló, entre otras fuentes de investigación, entrevistas en profundidad a 20 mujeres sobrevivientes de violencia sexual y la
revisión de casi un centenar de testimonios de mujeres detenidas. Ello permitió establecer que “la violencia sexual como método de tortura se instala en una realidad nacional transformada a la fuerza hacia la recomposición de modelos societales y culturales acordes al sistema de dominación tradicional en todas sus dimensiones, lo que incluye el
refuerzo de los patrones de género que subordinan a la mujer a un rol secundario”.