El ordenamiento multipolar y la crisis internacional 2014-2024
Han terminado los años de la Posguerra Fría y su orden político y económico liberal. Aquello que parecía indubitable, esto es el avance de la democracia, se torna más y más elusivo por la conversión de las democracias representativas en ordenes iliberales. De otra parte, caen los mecanismos multilaterales y las distintas gobernanzas, sosteniéndose a duras penas la oceánica, la antártica y el espacio. En un orden dominado por las potencias, es decir multipolar, se restaura el equilibrio de poder y la competencia, que en el pináculo enfrenta a Estados Unidos y China. Pero eso no es todo, a diferencia de la Guerra Fría, no hay un contenido homogéneo de estos alineamientos. Los clivajes derecha / izquierda no son suficientes y aparece el elemento antiliberal, desde los países autoritarios y en las reacciones de las democracias frente a los efectos del globalismo económico y político. La tensión entre potencias emergentes y clásicas ha redundado en el eclipse de Europa, el ascenso de Asia, y la constitución de esferas de influencias más restringidas como las de Turquía, Israel, Sudáfrica, Brasil. Arabia Saudita, Turquía India. El orden mundial ya no se constituye de modo vertical, sino que tiene espacios y ordenes regionales, gestionados de modo importante, pero no exclusivo por las tres grandes potencias imperiales: Estados Unidos, Rusia y China Popular. Europa retrocede en el equilibrio de poder, sufre por la dispersión de sus recursos, y el horizonte de nuevos problemas en la frontera del Este con Rusia. América Latina busca un rol dentro del lago de la influencia estadounidense, y África subsahariana, sigue siendo un campo de lucha. Todos enfrentamientos en que las patentes, la producción económica y la cadena logística, así como la innovación y la tecnología marcan la vigencia u obsolescencia de las ambiciones nacionales.