Lo siento, ya no puedo llevarte allí
Si Sam Shepard y José Eugenio Sánchez engendraran una criatura durante un viaje en la ríspida ruta norteamericana, a bordo, por supuesto, de una vieja pick up oxidada, escuchando a Ry Cooder o Stevie Ray Vaughan, fumando con el codo afuera mientras discuten la pertinencia de cuál motel parece menos berreta para pasar la noche; esa criatura sería la hermana de la protagonista de este poemario de Marcelo Vera, que entre referencias Thelma & Louise y Twin Peaks, artículos baratos con obsolescencia casi inmediata, ardillas que comen chocolate y algunos fantasmas, continúa la poética que ya había inaugurado en Estepicursor (2022) por otros medios.