Golem
El recorrido por un cuerpo hecho de piedra y el ojo lector que ejecuta la orden. El monstruo que aparece en el laberinto interno hecho de imágenes: los trazos de Rorschach. Con un imaginario y léxico lúgubre, que en principio hace pensar en el romanticismo en su variante gótica, el libro Golem destaca por la manera en que adquiere la estética del horror corporizado y en cómo deforma la realidad. De ese romanticismo trastocado y revisitado avanzamos al expresionismo alemán, ese de las formas que deforman, donde lo personal e inconsciente predominan. De esta expresión, lo prohibido y lo irracional aparecen en estos poemas. La muerte y el archivo del yo transfigurado en la voz de la terapeuta que no quiere que la obra vea la luz, por ser tanto su triunfo como su fracaso. De lo leído quedan la sensación y violencia de un trazo como los de Franz Marc. Pero también certezas: Béla Lugosi ha muerto.