Lunallena + Nanapoemas al streak
Nana edifica una obra desde los márgenes, específicamente desde Arica, espacio inhóspito para el editor, crítico y gestor de capital. Esta realidad no ha cambiado mucho, sin embargo, a mediados del siglo pasado, la incomunicación era mayor. La poeta trabajó en un erial y en condiciones de aislamiento, sin dejar por eso de instalar formas originales, a través de un compendio de obras capaces de tensionar y resistir la desmemoria y el silenciamiento de una crítica constreñida por marcos editoriales, jurídicos, exegéticos y comerciales, muchas veces consagrados a la fórmula y su reiteración, como dijese, respecto a la cortesía y sus mecanismos: “Ay, Señores, como odio, como / odio yo, estas presentaciones!”.