Desierto florido
Nací el 4 de noviembre de 1956 en Punta Arenas. Desde pequeño solía jugar con imaginarios instrumentos musicales, tarros, alambres, vidrios, sonidos metálicos en general, que hacía vibrar con distintos ritmos, extasiado. Tal vez ya estaba en mi mente el piano de mi abuela en su casa de Punta Arenas, que mi madre tocaba. Mi padre tocaba por oído el acordeón y la tamburitza. La música de alguna manera siempre ha rondado mi existencia. No sé exactamente en qué momento comenzó en mí el interés particular por ella. Tengo registros iniciales de escrituras poéticas, en las cuales la rima intrínsicamente es música, en la antigua Grecia junto a la poesía y la danza eran una. He sido desde siempre un oyente y también un hacedor de música, con rimas y últimamente, también intérprete.
Mis libros “Fuegos” (2019), “¿Quiero escribirme?” (2020), “Antifonario total” (2022) y “Desierto florido” (2023), son mudos testigos del silencio que nos rodea. Todos ellos publicados con Primeros Pasos Ediciones.
Del Norte volví lleno de melodías,
con certeza no existe lo imposible
para estas flores sobre la arena.
Nunca nacieron, tampoco sabrán de la muerte,
siguen estando bajo tierra, con la luna y el sol,
por arriba las estrellas, iluminando inclemencias,
seguirán ellas allí,
germinando sus futuros pasados,
¿sin saber de su belleza?
¿Florece el desierto sin tener noción de su existencia?
La música buscando rimas, el ritmo poesías,
así vibrando juntas,
de su conciencia son la más fantástica prueba.