Testimonios silenciados de mujeres víctimas de violaciones de derechos humanos en dictadura
La investigación que dio paso a este libro se realizó en un corto tiempo; es lo que proponen los proyectos financiados por el Estado, en este caso, el Fondo del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, Convocatoria 2024. Sumergirse en los testimonios de mujeres en el periodo dictatorial es particularmente difícil y doloroso, el silencio deliberado es sin duda indicador del carácter doblemente límite de sus experiencias: límite por lo difícil que resulta recordar, y límite por lo complejo que resulta encontrar las palabras adecuadas para reproducir esas memorias, más aún cuando la banalización y el negacionismo están al acecho. Sus experiencias de lucha, resistencia, dolor y terror debieran interpelarnos a todos y todas. Lo que hemos estudiado es sólo una pequeña muestra de lo que debieron padecer para conquistar la Democracia, también constantemente amenazada. Tras la voz de estas mujeres, a quienes hemos querido sacar del silencio, es toda la familia chilena la que se visibiliza. Por cierto, cuando una persona era secuestrada y desaparecida, pese al temor y la falta de información, esas familias recorrían Comisarías, centros de detención, hospitales y oficinas de Gobierno exigiendo respuestas. Eran actos de valentía y resistencia. Mediante esa persistencia y denuncia, se esperaba evitar que las personas secuestradas fueran ejecutadas o desaparecidas definitivamente. Revisar estas memorias nos permite entender que, en un contexto de violencia como el que se vivió en Chile por largos diecisiete años, se consideraron reglas implícitas que favorecieron los actos de poder ilegales no evidentes, actos que violaron todos los derechos humanos y fueron muy efectivos, razón por la cual aún persisten los daños y sus secuelas. El coraje y el temple de la mujer chilena soportó incertidumbres y experiencias límite cuando las fuerzas represivas invadían las poblaciones dejando un regadero de víctimas, sin importar si se trataba de adultos mayores, mujeres, niños o lactantes. Cuando la violencia se instala, resulta muy difícil eliminarla: se instala como ejemplo, se transforma en lenguaje, se cristaliza a través de los medios de comunicación y se traspasa a cualquier idioma. Visibilizar a la mujer en el contexto histórico de la dictadura civil-militar en Chile sigue siendo una tarea de memoria pendiente: estamos convencidas de que falta muchísimo por descubrir.