Matilla, la que se negó a morir
Matilla, la que se niega a morir, continua con el paso del tiempo, reivindicando sus derechos y transformando la historia de expropiación, en una bandera de lucha, para demostrar que en este desierto las tradiciones y costumbres se mantienen intactas, y que verdaderos matillanos y vallesteros, mantienen el propósito de recuperar esta localidad, asociada a la producción vitivinícola y de aromáticos frutales.
El presente libro, construido desde las opiniones y entrevistas de los involucrados, busca preservar en la memoria colectiva, las amenazas sufridas, al objeto de evitar que se sigan repitiendo.
En estos áridos paisajes del norte de Chile, donde el sol castiga la tierra sin piedad y los susurros del desierto de Atacama narran historias de resiliencia, yace la historia de la lucha de una comunidad por la supervivencia. «Matilla, la que se negó a morir» no es solo un título; es un himno, una afirmación de un espíritu inquebrantable ante la adversidad implacable. Este artículo nos ofrece una perspectiva de la vida de los habitantes de Quisma y Matilla, una comunidad profundamente arraigada en la tradición agrícola, cuyo destino ha sido forjado tanto por las bendiciones de la tierra como por las cargas de la historia.
Durante generaciones, los valles de Quisma y Matilla prosperaron como un fértil oasis, testimonio del ingenio y la dedicación de sus habitantes. La tierra brindaba cosechas abundantes, incluyendo la producción de los preciados «mostos»: vinos de excepcional calidad y renombre, codiciados mucho más allá de la región. Esta herencia agrícola, entrelazada con las tradiciones de los fundadores coloniales y el legado de la civilización inca, constituyó la base de la identidad de Ma-tilla, motivo de orgullo y fundamento de una vida próspera.