Reseña

Elena, la princesa de colores es un cuento infantil lleno de ternura, magia y verdad emocional. Narra la historia de un reino que ha perdido sus colores y de una princesa muy especial cuyo lenguaje no son las palabras, sino los gestos, los silencios y las formas únicas en las que expresa amor.

A través de Elena, el Rey y la Reina descubren que existen muchas maneras de comunicarse, y que el amor puede florecer incluso cuando no sigue los caminos tradicionales. En este viaje, los padres aprenden a mirar más allá del diagnóstico, a transitar sus duelos y a redescubrir la belleza inmensa de lo diferente.

Este no es el típico cuento de princesas donde un príncipe azul viene a rescatar.
Aquí, el amor que salva es el de la familia.
Es el amor de unos padres que aprenden, se transforman, se equivocan, se levantan y deciden ver a su hija tal como es. Ese amor —el real, el imperfecto, el que se practica todos los días— es la verdadera magia de esta historia.

Este libro es para niños —especialmente para aquellos que son neurodivergentes o se sienten distintos— pero también es un refugio para padres y familias que buscan comprensión, esperanza y un acompañamiento sincero. Aquí la diversidad se celebra, la sensibilidad se honra y los lenguajes del amor se muestran como puentes que conectan mundos distintos.

Elena, la princesa de colores es también un libro que puedes obsequiar.
Es un regalo significativo para alguien que esté viviendo este camino, para una familia que transita un diagnóstico, para un niño que se siente diferente o para cualquier persona que quieras acompañar desde la empatía. También es ideal para quienes desean comprender lo que vive alguien cercano y mirarlo con más compasión.

Un cuento para leer en familia, para abrazar procesos, para comprender nuevas maneras de amar… y para recordar que la diferencia nunca fue un defecto: siempre fue un color.