Riberas protectoras de agua y biodiversidad: prácticas para cultivar cuencas saludables
Los ríos y sus riberas son ecosistemas complejos. Es este ecosistema ribereño el que puede jugar un rol clave en la protección del agua. Esto, dado que las riberas, cuando están cubiertas de abundante vegetación, pueden actuar como filtro de los sedimentos y contaminantes que se generan en las tierras aledañas al río. Una ribera bien protegida ayuda a reducir la erosión del cauce y amortigua las inundaciones. Pero eso no es todo. Los ecosistemas de ribera también juegan un papel importante en el cuidado de la biodiversidad, ya que son hábitat para plantas, líquenes, hongos, microorganismos, aves, mamíferos, reptiles, anfibios y mucho más. La ribera también ayuda a sostener la biodiversidad acuática que se desarrolla dentro del río. Toda esta dinámica ecosistémica es clave para que los ríos sostengan poblaciones de especies de alta importancia de conservación.