Una tormenta de diamantes
En Neptuno, el hielo y la tormenta de diamantes son las dueñas imbatibles del paisaje, como si se tratara de dos fieras que, con su furia, le enseñan a la piel a hacerse dura para sobrevivir. Pero en esta distante región del universo, casi nadie logra soportar la tormenta de diamantes, y muchos menos son quienes se mantienen cuerdos.
¿A dónde va la esperanza cuando se lucha y se entrega la vida por una causa que se presupone perdida? ¿A dónde van el deseo y la fe cuando no hay más que la tundra en un desierto estéril, frío y transparente? ¿A dónde podemos ir nosotros cuando el presente nos sofoca?
Estas son algunas de las preguntas que configuran la complejidad del mundo en el que vive Apteno, una persona que “lo había perdido todo y lo dejaron quedarse tan solo con su existencia”. Exiliado en su interioridad, Apteno hace de su memoria un refugio político. Si el presente se nos da en condiciones insostenibles, entonces la memoria puede armarse del poder del pasado para reactivar un deseo revolucionario, donde todo era alcanzable bajo la figura de Bruna: una bandera, una idea, una reina, una quimera.
Finalmente, para Apteno, ¿es todo ello suficiente para rechazar la forma en que las cosas son y tomarse el futuro?
Vicente Santibáñez