Amor fragmentado
(...) Se aprende del amor con el amor y no con la palabra que lo nombra.
Esa línea resume, a mi juicio, su poética entera. En Tomas, la palabra amor nunca es adorno, es experiencia. Cada poema es una tentativa de captura, una forma de habitar lo efímero. Él escribe con la conciencia de que el lenguaje puede iluminar, pero también fragmentar, aquello que intenta contener. Por eso este libro —Amor fragmentado— no es una antología, sino un mapa incompleto de una pasión que aún respira entre las fisuras del tiempo. Son trozos muy bien diseccionados de poemas amorosos contenidos en sus libros y aquí se presentan como partes de un todo, de ese amor como pulso vital. (...)
Teresa Calderón