Las últimas décadas del invierno
Un buzo amarillo, treinta tipos de blanco, un videoclub en decadencia: los restos materiales de una vida que intenta ordenarse para sobrevivir. Las últimas décadas del invierno sigue, con precisión y una melancolía luminosa, el proceso íntimo de despedirse sin nombrarlo.
La narradora revisa su casa como una escena del crimen, clasificando el amor que se extinguió sin ruido. Entre catálogos de pintura y recuerdos cinéfilos, esta pieza observa con humor, extrañeza y ternura cómo las cosas terminan mucho antes de que podamos admitirlo.
Este título inaugura Singles, una colección que publica cuentos como sencillos musicales: breves, autónomos, listos para circular.