Reseña

Tras los acontecimientos de Travesía Infernal, Aarón Stevens, devastado por la pérdida de Elisa —cuyo espíritu fue transmutado y convertido en Isdalen—, es acogido por la comunidad Celadora. Impulsado por el amor y la esperanza de revertir su destino, acepta una misión imposible: descender al inframundo y llegar a la ciudadela de Agharta para intentar rescatarla.
El viaje lo enfrentará a horrores inimaginables y pruebas que pondrán a prueba su fe y la unidad con sus compañeros. Criaturas surgidas del abismo y visiones de desesperanza amenazarán con quebrarlos, pero su determinación prevalecerá ante la oscuridad, dispuestos a sacrificarlo todo para salvar a Elisa antes de que la Singularidad consuma toda forma de vida.
Mientras tanto, en la superficie, el mundo se desangra bajo la guerra entre insurgentes y las milicias del Nuevo Orden. En este segundo tomo de la trilogía, los protagonistas cruzan tiempos y realidades para anticipar los planes de Nergal y sus entidades demoníacas. Las alianzas se fracturan, el enemigo se fortalece, y el conflicto deja de ser una lucha entre el bien y el mal: ahora, el destino mismo de la existencia está en juego.