Valparaíso, auge y ocaso del viejo "Pancho"
1830 - 1930
Queremos aventurarnos a mirar desde otros flancos la ya conocida realidad histórica de Valparaíso y procurar descubrir los matices, no siempre perceptibles, de los años más significativos de esta ciudad de contrastes. Años bullantes que abarcan un siglo entre 1830 y 1930 con distintas pulsaciones que en tiempo tan breve dibujaron el orto y el ocaso de un estilo, de un modo de ser porteño, del ritmo de una urbe acelerada y frenética, privilegiada entre todas las chilenas por sus activos empresarios, por su sentido del progreso, por su pragmatismo y sus reconocidos éxitos que, mirada desde nuestra actual perspectiva, con razón podemos llamar Época Dorada. Un siglo que, sin embargo, no fue sólo de fríos negocios y comerciantes. La vida también fluía por sus sinuosas calles con sus ritmos estacionales; la formal sociabilidad de la élite y los mil rostros del porteño popular; los extranjeros y sus círculos; el flemático Cerro Alegre de los ingleses y el espontáneo pintoresquismo de los cerros criollos; la pobreza que sintetiza el conventillo de arriba y de abajo; el mundo de la Plaza Echaurren asociado al pie de cerro y al sector portuario con su recova diurna y la juerga nocturna del porteño tunante; el acontecer infausto y las epidemias que enlutaron a Valparaíso tantas veces; en fin, el Puerto humano, colorido y sorprendente que se movía al alero del grave y serio alto comercio de calle Prat, de las lujosas tiendas de Esmeralda y Condell y al amparo de la Iglesia y la Beneficencia.