Reseña

Más que un libro de poesía, TeVe es una frecuencia literaria. Su genialidad reside en su apropiación formal. La estructura de "canal de televisión" es el andamiaje conceptual de toda la obra: cada segmento funciona como una celda discursiva que encapsula un aspecto de la conciencia colectiva.

El poemario nos habla cómo la televisión ha dejado de representar la realidad para suplantarla, generando un simulacro donde la noticia, el entretenimiento y la publicidad, se funden en un flujo indiferenciado de signos. El poema ya no refleja el mundo; refleja el canal a través del cual el mundo es mediado y por tanto, distorsionado. Esta multiplicidad de perspectivas no genera caos, sino un diagnóstico preciso de la esquizofrenia colectiva.

Dentro de este simulacro, sin embargo, surge la épica de lo insignificante: una defensa de la humanidad que persiste en los resquicios de un sistema que busca homogeneizar, comercializar y vaciar todo lo que toca. La advertencia inicial —“Cualquier parecido con la realidad… es pura coincidencia”— es, por supuesto, la ironía perfecta.

Este no es un libro para ser leído; es un canal para ser sintonizado. Una invitación a bajar el volumen, apagar el ruido de fondo y a escuchar, en el incómodo silencio que queda, los ecos de nuestra propia distopía.


José Miguel Cruz