Todos los sentimientos que tuve y no te dije
En estas hojas están puestos extractos del alma, lágrimas de felicidad y de tristeza. Está todo lo bueno y todo lo malo de un día a día, quizás desde la idea de la maldición del poeta: permitirse sentir a flor de piel en un mundo que valora el desinterés, la rutina, la frialdad y la deshumanización.
En este poemario está marcado a fuego lo que durante mucho tiempo fue una despedida en primera persona, un grito a veces gutural y otras veces sutil, en una eterna contradicción por encontrar lo más vital del ser humano: el amor.