Elefante
En el espléndido libro Elefante (premio Altazor, 2009) la escritora Teresa Calderón recibe una herencia del Mundo animal, ese mundo paralelo y muchas veces, contrario al del homo imponderable que somos. Esa herencia es la Memoria, porque un elefante nos enseña “presionado un poco”, como la misma poesía, algunos secretos de su (la) humanidad. En lúdicos y también dramáticos fragmentos, en un poemario unitario y totalizador, enfrenta al lector, humano, demasiado humano, por desgracia, a un espejo que, como los árboles perennes, en sus cortes o desgarraduras se despliega el tiempo vivido y por vivir, donde el simbolismo del paquidermo nos habla desde el saber que es recuerdo, que el Mundo no nos pertenece, sino que es un préstamo del Universo o los dioses, y que todos estamos de paso por acá, reyes, mendigos o replicantes, y ya seamos una sombra o un deseo, un espejismo o un cuerpo, un relato dentro de un relato, finalmente, como el cementerio de los elefantes queda en un lugar que ignoramos, el nuestro está en el corazón del elefante que todos somos.
Tomás Harris.