En algún rincón del fin del mundo
Iris necesita un respiro lejos de todo lo que la asfixia; un impulso de amor, corteza de árbol y la suavidad de Nata para poder seguir con su vida.
Iker huye de Madrid con la esperanza de apartarse de viejas cicatrices que han comenzado a escocer más de lo habitual.
En un rincón del mundo donde los lagos reflejan volcanes y el tiempo se mide por el canto de los pájaros, el azar los pone frente a frente para recordarles que, a veces, hace falta más valentía para abrazar la felicidad que para dejarla ir, y que todo el peso que cargamos se vuelve más ligero en manos del amor que nos rodea.