Reseña

En Portezuelo los grandes cerros se funden en el extenso valle, el agua del río Itata se reencuentra con la tierra cubierta de viñedos, el despejado cielo vela la vida de los animales, el barro vuelve a las manos, que lo convierten en objeto diario.
De la misma manera, las ocho voces que este libro contiene se
reencuentran con el espacio que les pertenece, como habitantes de un
espacio y tiempo determinado, como trabajadoras y guardianas de su
oficio, como madres de familia, como partícipes de una comunidad y
finalmente, como protagonistas de una historia que merece ser contada.
Cada una de ellas nos entrega una mirada única sobre la identidad de
su pueblo, marcada por el esfuerzo, la resiliencia, el amor por su gente, el paso del tiempo y los cambios que esto conlleva.
Portezuelo ha cambiado, y este libro da cuenta de ello, a través de las
propias palabras, plasmadas en las entrevistas, que hablan de un pasado
en contraste con el presente, pero a la vez expresan la convicción-que
también es parte de los autores de este libro- de que sus formas de vida
aún perduran, tras los cambios.