Reseña

Las historias que se transmiten de boca en boca, los secretos que se traspasan de generación en generación, lo que llamamos hoy “tradición oral” (virtuosamente tan en boga, aunque a la vez y lamentablemente, tan academizado y con gusto a oficial), encuentra en este libro un cómodo refugio, a la vez que descubre a una autora absolutamente genuina, colmada de amor por su tierra y sus raíces, con una imaginación alimentada por los relatos susurrados por su abuela y llevados por la brisa que recorre los cerros de su remoto poblado en el secano costero. PALA publica por primera vez este conjunto de historias recopiladas en sus cuadernos, en su estuche de sueños y en su memoria a lo largo de los años y se encomienda, como si de una manda se tratara, a las musas del brasero, del mate y de los inviernos lluviosos.

Fragmentos de mi tierra reúne 25 relatos más un prólogo que transporta al lector a la tranquilidad del campo, la calidez de una sencilla casa de adobes, el olor del pan amasado, la explosión floral en primavera, las confidencias de la abuela, los esteros corriendo y, fundamentalmente, al rescate de historias que van desde el apego familiar, pasan por los misterios que actúan en los silencios nocturnos y llegan a los amoríos que traspasan generaciones y buscan guarida entre la complicidad de la geografía.