Reseña

Una voz como un pecio escupido por las olas: algas cayendo, minerales y percebes. «Muñecas rotas» grafica esa insistencia marina de traer al presente lo que ha sido velado, dotándolo de nuevos sentidos y materiales. Mediante versos que conjugan la espacialidad como motor del movimiento, el flujo de las frases instala una poética donde los silencios son tan importantes como las unidades fónicas que los rodean. No se trata de romper por romper una muñeca, sino más bien de la disección de sus partes para escarbar en ella las regiones de daño donde la hablante hará brotar su voz: lo que se rompe es el pavimento, el coágulo. Una cirugía del silencio, digamos, que entiende la poesía como una herramienta capaz de sanar la sombra patriarcal que se extiende sobre sus congéneres, que es su viva manifestación y, como tal, desea arrojar la bengala al cielo de todas aquellas que pudieron haber sufrido su violencia sistémica. No es una guía ni un faro que ilumina la zozobra; es, más bien, un estallido que se fija, una estrella cuyo brillo nos alcanza a pesar de haber muerto en otro tiempo. Estoy viva y muerta al mismo tiempo, nos dice. Si lo entiendes, si lo sientes, si lo encarnas, entonces este libro podría llevarte a mirar la ternura oculta bajo tus propias asperezas.