Reseña

En Desenredando el Laberinto: Entre Héroes y Minotauro, Gustavo Anabalón narra una historia donde el héroe no es quien escapa del laberinto, sino quien lo rompe. El Minotauro, lejos de ser el monstruo condenado al encierro, emerge como el verdadero protagonista: un personaje que, enfrentado a las marañas del poder, la burocracia y la resistencia institucional, se convierte en símbolo de la ruptura, del avance y de la incansable búsqueda de nuevos desafíos.

El libro se construye como un entrelazado de memorias personales, anécdotas técnicas y reflexiones sobre el liderazgo y la transformación organizacional. En este viaje, Anabalón expone los dilemas del innovador: el impulso por cambiar lo establecido frente a la inercia de lo conocido. El Minotauro, que podría haber sido un símbolo de derrota o resignación, se convierte en el héroe que no se conforma con encontrar la salida, sino que se abre paso destruyendo muros y buscando nuevos laberintos que lo desafíen.

La obra se apoya en tres pilares: la experiencia personal del autor en ambientes profesionales, la implementación de tecnologías de información en la gestión universitaria y las estrategias políticas y de management que sustentan el cambio organizacional. Pero lo que distingue esta narración es la forma en que estas dimensiones se entrelazan en un relato íntimo, casi confesional, donde los sistemas se revelan como construcciones humanas llenas de tensiones, miedos y ambiciones.

Lejos de ofrecer recetas para el éxito, Anabalón invita al lector a habitar la incomodidad del cambio, a aceptar que todo proceso de transformación es también un acto de rebeldía. El Minotauro no es solo quien rompe el laberinto, sino quien entiende que cada salida es apenas el umbral de un nuevo desafío.

Desenredando el Laberinto es, en última instancia, una meditación sobre el coraje que se requiere para desafiar lo establecido y la lucidez para reconocer que el verdadero poder reside en no temerle a los nuevos caminos.