La última reina
La última reina me ha parecido una novela excelente,
empezando porque su escritura es notable, fluida e
infrecuente en la literatura chilena de nuestros días.
Pero sobre todo por la reconstrucción de la historia
de ese personaje, del que todos oíamos mucho y, más
que por sus versos, por las condiciones de ese carácter insólito y que aquí aparece magistralmente descrito y, por así decirlo, analizado. Como sabemos, desde el año de su muerte Talca la ha reconocido, y es
algo, aunque pequeño, compensatorio del desmesurado anhelo del Nobel. Me acuerdo muy bien cuánto se hablaba de eso en los cincuenta, y por cierto con poca piedad. Magistral también la reconstrucción
del mundo cultural talquino, en efecto de veras importante. En mi época buscábamos El tapete verde, una rareza bibliográfica, y con revolucionario interés, los libros de don Alejandro Venegas y cuanto tu
viera que ver con sus desdichas posteriores.
Es un estudio de un carácter harto insólito, y asimismo con una maestría única para recrear un ambiente cultural y una época también únicos. Pedro Lastra