Teoría de los naufragios
Contra portada
Este libro de poemas, desde el título; Teoría de los naufragios y un conjunto de cuarenta y cinco textos, expresa una Poética que desde un orden tripartito, enuncia una idea central del poemario: la Poesía y la ficcion constituyen “formas de pensamiento” o “un modo del pensar ficticio”. Véase “Cinco enunciados problemáticos” (51).
Igualmente corresponde advertir que Hachim Lara, parece rechazar el error del sentido común: “el verso […] no es otra cosa que un simulacro tipográfico” (Borges: OC, 1161)). En esta discusión prefiere pensar que “lo que importa no es lo que se escribe, sino cómo se escribe” es decir, la prosa y el verso admiten “formas más elevadas del lenguaje, el estilo, la sintaxis poética, la retórica, [que] manifiestan y defienden, de un modo u otro la Verdad” (Joyce, en Sabatini 65).
En la actualidad la Literatura, ha sufrido la infiltración del Storytelling y otras máquinas de fabricar historias y formatear las mentes como lo expuso C. Salmon en una de sus obras. En el fondo teorías que niegan la Escritura Literaria, entonces el mal en el sentido menos religioso, es un fallo del pensamiento (o de la palabra) por eso lectoras y lectores deben ser proactivos para discriminar lo verdadero de lo falso. Incluso lo dijo Hannah Arendt; “el mal proviene de la incapacidad de pensar”.
En el centro de poemario, encontramos a Hachim Lara en su autoría pero, sobre todo al sujeto poético con su experiencia de vida, amor y muerte, temas ineludibles, como se sabe. Entonces el humor y la risa se convierten en un componente esencial de textos y poemas. Así como la vida, amor y muerte son parte de esa trilogía de todas y todos, + humor es el agregado fundamental para humanizarnos. En tales condiciones, todo vale: Diarios, Crónicas, Folletines, Historietas, Grafitis, Autobiografías, Fotos y Memorias, es decir, homenajes a un conjunto de mujeres y hombres, héroes culturales que son y fueron parte del cantar/contar literario, extremando la dicción en la tercera y última parte.
Cumplo con citar estos versos de “A todo esto”: Me asombra la posteridad, /no sé si nuestra angustia/en verso o en prosa/aplica a lectoras y lectores. No importa, lo demás viene para la reflexión sobre el buen vivir.