Reseña

El poeta que registra y disecciona los errores, horrores y maravillas del siglo XX a través de la imagen y los ojos del personaje más reconocido del pop art no sale indemne de este viaje, pero sobrevive, porque el oficio de la palabra lo cobija, así recorre las guerras que se repiten, las máquinas que pretenden conquistar el cuerpo humano y el apocalipsis a la vuelta de la esquina. Nada escapa a su escrutinio, es la historia contemporánea, que se despliega a través de los medios masivos que informan y a la vez desinforman y deforman, el arte como mercancía, la moda, el glamour, la fama y todo para desvanecerse como una voluta de humo y desaparecer.

“No quiero decir nada y no he dicho nada
Este muchacho flaco y que gustaba de ridículas pelucas
despertó y mostró sus cicatrices
Vino de la muerte la muerte no podía retenerlo
Se iría todo al carajo no podría optar a un
apocalipsis personalizado
Tendría que continuar adaptándose y conformarse
con lo que le dejan las guerras y todo tipo
de escaramuzas
Andy Warhol volvió de la muerte y tampoco se pronunció”