Un chal para arroparlas
El mandato del cuidado es casi un sacramento a la hora de ser mujer. Se espera que
cuidemos, que la abnegación de nuestra anonimia sea una identidad. La protagonista de
esta novela nos muestra el peor rostro del cuidado, aquel donde nuestras historias, nuestra
piel, cuerpo y alma, están subordinados a vivir vidas subrogadas. Doris es la amalgama que
une las historias a costa de la suya propia. Ama y cuida ajeno, en otro idioma y otra forma
de la discreción que debe aprender a diario. Resguarda padres, militancias, hijos, secretos,
dolores y efímeras alegrías. Ve crecer generaciones en su soledad acompañada. En lengua
ajena, debe hacerse a sí misma y a los que están bajo su protección. Una novela que nos
espejea, interroga y cuestiona el devenir. Nos enfrenta al despoblado abandono, donde el
abrazo va escaseando con los años. La ternura retenida y demostrada, la complicidad de los
afectos, mundos en que entramos atisbando, en puntillas, para no desbaratar el mandato
del cuidado.
Pía Barros
Escritora, tallerista y activista feminista