Calma mental
Guia teórica y práctica para aprender a meditar
La palabra “introspección” en tibetano es la unión de dos términos. El primero significa “atención” y el segundo, “vigilancia”. La unión de estos dos términos es lo que llamamos “introspección”. ¿Por qué deben ir juntas? Porque sin atención no puede haber vigilancia. Sin atención ni siquiera sabemos que están haciendo nuestro cuerpo, palabra y mente. Sin atención, somos prácticamente personas locas, ya que vamos por ahí sin saber lo que estamos diciendo o lo que estamos haciendo. Por lo tanto, primero necesitamos atención para poder estar conscientes de nuestro cuerpo, palabra y mente.
Luego, después de que hemos cultivado la atención, aquí es cuando finalmente puede cumplir una función la vigilancia, ya que ahora es cuando vamos a vigilar que nuestro cuerpo, palabra y mente se comporten bien, que la mente no se distraiga. Vamos a vigilar las acciones que están sucediendo. La vigilancia es la que va a saber discriminar, por ejemplo, entre una acción virtuosa y una no virtuosa. Así pues, apenas la vigilancia identifica una tendencia no virtuosa, la evita, la contrarresta y hace que la mente se vuelva virtuosa. Por lo que sigue, sin vigilancia no podemos llevar a cabo las acciones virtuosas ni abandonar las acciones no virtuosas.
Por eso necesitamos las dos: la atención y la vigilancia. Hasta ahora, no hemos tenido ni atención ni vigilancia. La prueba de esto es que estamos en el samsara. Si nos preguntamos por qué estamos en el samsara, la respuesta es: por falta de introspección. Primero, por falta de atención y, luego, por falta de vigilancia, que es la que nos permite distinguir entre fenómenos virtuosos y no virtuosos. Debido a la ausencia de esta cualidad mental en nosotros es que seguimos en el samsara, sólo por falta de vigilancia. DRUBPON OTZER RINPOCHÉ