Reseña

En medio del proceso constituyente en el que Chile se ha visto inmerso durante los últimos años parece conveniente recordar la amplia experiencia acumulada en estas materias, sobre todo aquella que ha quedado recogida en los ensayos constitucionales más exitosos de
nuestra historia republicana. Uno de los más importantes es la Constitución de 1833 con la cual Chile alcanzó su estabilidad política.
En esa época no había “expertos” en derecho constitucional y eran muy pocos los juristas que tenían formación y estudios – en general autodidactas – en estas materias. Entre ellos destaca Mariano Egaña, quién tuvo una participación decisiva en la redacción de ese texto constitucional. Un conservador tradicionalista por personalidad, pero muy crítico de
España y del dominio español, abierto a las nuevas tendencias del liberalismo – sobre todo aquellas más moderadas – y al constitucionalismo y orgulloso de ser chileno, eso y más era Mariano Egaña, el constituyente de 1833, a quien se estudia en esta obra.