Los nuevos rumbos de la genética, la herencia y la evolución: Epigenética
En una visión panorámica, la epigenética nos muestra que el ambiente ejerce una presión no sólo en el genoma, formado por los ácidos nucleicos, sino también lo hace en una estructura más compleja que radica en los cromosomas denominada Epigenoma y que constituye una interfase entre el ambiente y el genoma. Si bien es cierto, la genética clásica nos indicaba que el ambiente provoca cambios en el fenotipo, se postulaba que estos cambios no se heredaban. Sin embargo, la epigenética nos muestra que por efecto del ambiente se pueden producir modificaciones o marcas sobre los genes sin alterar su estructura íntima y los fenotípicos así producidos pueden heredarse.
En esta nueva visión, la epigenética marca nuevos rumbos de la genética clásica ya que por efecto del ambiente y la existencia de pequeñas moléculas denominadas ARN no codificadores proporcionan, junto a otros mecanismos epigenéticos, nuevos mecanismos en la regulación de la expresión de los genes de manera similar a como lo hacen las proteínas. Estos nuevos mecanismos epigenéticos se relacionan con la salud de los seres vivos ya que tanto en plantas como en animales se ha probado experimentalmente que por efecto de ambientes desfavorables se producen una serie de enfermedades. En la especie humana la mayoría de las enfermedades, como cáncer y enfermedades neurológicas y conductuales, poseen un componente epigenético. Especial interés posee la epigenética en los ambientes escolares desfavorables ya que provocan estrés y un bajo rendimiento tanto en los estudiantes como en los profesores. Estas consecuencias negativas por efectos de ambientes tóxicos se manifiestan también a nivel de las sociedades humanas y en otros seres vivos y los cambios epigenéticos pueden heredarse transgeneracionalmente. Por este motivo, han surgido los conceptos de Epigenética y Epigenómica Social que se encargan de estudiar y cautelar el equilibrio dinámico que debe existir en la naturaleza, especialmente en las poblaciones humanas. Este equilibrio, paradojalmente ha sido alterado por el ser humano, con consecuencias desastrosas en los ecosistemas provocando la extinción de especies y alterando la biodiversidad.
La epigenética nos indica que no sólo debemos aprender a dialogar y a convivir con nuestros semejantes, sino también con los otros seres vivos, con la naturaleza y el ambiente. Solo así podremos saber cuál es nuestro verdadero rol como especie en nuestro planeta.