Reseña

Este libro es un recorrido desde los personajes, y no desde la historiografía, por las historias de vida de quienes construyeron y siguen sosteniendo la identidad de un territorio llamado Ñuñohue o lugar de ñuños, y que hace muy pocos años comprende a la comuna de La Reina.
Poseedora de una notable identidad, construida primero por los Larraín, los Egaña, los Maroto y los Arrieta, y después por los Parra, Neruda, Loyola, Bianchi y De Rokha, entre otros, además de la huella imborrable de la familia Castillo Velasco, La Reina ha sido un territorio de creación, reflexión y pensamiento cordillerano. Acá grandes exponentes de la cultura, la arquitectura y el arte, y también de la alta política, han gestado mundos y construido ilusiones, e incluso dejando la vida en el intento.
En estas tierras se terminaron de redactar algunas de las primeras
Constituciones de Chile, existieron dos de las tertulias artísticas y políticas más importantes de la historia del país, fue sitio de producción de importantes obras de Neruda, la antipoesía de Nicanor Parra, de la portentosa creación musical y
artística de su hermana Violeta, la música chilena de Bianchi y Loyola, y de los furiosos y bellos versos de Pablo de Rokha.
Las nuevas generaciones de esas familias aún viven en el territorio o lo
tienen como referencia para sus propias vidas y creaciones, así como son representadas por activas fundaciones.
Corresponde ahora a sus actuales habitantes y a los representantes que
éstos eligen, conservar y proyectar esa identidad, porque de ello dependerá el futuro común en nuestro territorio.