El liviano plumaje de la memoria
Etnografía polifónica en San Juan de la Costa
En este nuevo libro Juan Carlos Olivares se distancia de sus escritos de 1987, siguiendo el celebrado principio de Arquímedes (“dadme un punto de apoyo y levantaré el mundo”), en un intento por otorgarles, a través de “una mirada lejana”, un sentido más contemporáneo y, en cierto modo, mucho menos optimista. Está asociado con la denominada antropología poética chilena, género etnográfico único, capaz de producir trabajos de indiscutible mérito, que abrieron algunas ventanas y mostraron diversos caminos, desgraciadamente pocas veces seguidos debido a las dificultades propias del oficio (y del camino).
Este ejercicio de “viaje en el tiempo” busca entregar una mirada actual a los estilos de vida entrecruzados que se manifestaban en la década de 1980 en la costa de Osorno, donde la magia y el trabajo de la tierra se mezclan, se yuxtaponen, se interceptan, constituyendo una forma de organización comunitaria adaptativa, que no niega ni la cooperación ni el conflicto.
Arcadio Yefi y Alberto Cantero, Belarmino Antiñir y Nando Silva se relacionan en un esfuerzo por habitar una tierra ya desgastada, desde hace siglos, por el incesante tránsito humano. Lo indígena y lo no-indígena se incluyen en un diálogo permanente y necesario, produciendo conversaciones vitales. Cuinco, palabra que en mapudungun significa “estero arenoso o espumoso”, sirve para nombrar un territorio donde viven personas con culturas originalmente diferentes pero que son capaces de construir en común su futuro. La cooperación, la ayuda mutua, y no la competencia, es lo que nos hace, sin duda, más y mejores seres humanos. En las páginas de este libro encontramos numerosos ejemplos que nos hablan de ello, en pequeños gestos que confirman lo siempre dicho.