Generación 67
Nuestra partida de nacimiento es casi una proclama: Generación ’67. Y si al lado le ponemos el rostro de nuestro peculiar y genial cordón umbilical, José Gai, lo que resulta es un clamor. Y no de un nicho ideológico. Abarcamos un abanico extenso, diverso y repleto de vivencias que ni siquiera somos capaces de sacar afuera aún en estos días.
Somos una generación maldita y bendita, porque somos hijos de una época extraordinaria. Múltiples episodios -no nos dieron tregua- se fueron incrustando en cada una de las costuras de estos 57 años transcurridos desde que en esos frenéticos días de 1967 una casa de Los Aromos, allí detrás del histórico Pedagógico de la Universidad de Chile, nos acogió.