Exilio en calles secundarias
Nacho se ha trasladado a vivir a Barcelona.
En un recorrido en tren que dura toda la noche, conoce a una joven que lo deslumbra desde el primer instante y con quien iniciará un fulminante y encendido romance. La ilusión se alterará, tiempo después, cuando se entere de que la mujer mantiene paralelamente otra relación.
Andrés ha sido largamente su más entrañable amigo: prometedor documentalista caído en desgracia -y marcado por la temprana muerte de un hermano mayor- también decide emigrar de Chile y llega a establecerse con él. Como si no fuera suficiente, más adelante, una novia de Nacho de hace varios años (separada, con un hijo pequeño) también arribará con la intención de probar suerte y comenzar una nueva etapa en Barcelona: <
Articulada en un sistema de ecos y resonancias, se trata de una novela coral con ráfagas de bildungsroman que -como si fuera un mosaico- transcurre en diferentes escenarios y con una polifonía de voces donde Nacho y Andrés son los personajes principales, mientras otros aparecen y desaparecen tratando de escabullir la realidad; desencantados e inadaptados, algunos exhiben una tendencia exasperante a buscar la más eficaz de las autodestrucciones. Otros se ven desbordados por el impulso al engaño, al resentimiento y a la ambición. Expositores de buena parte de las flaquezas humanas, sus subsistencias se cruzan en un tejido de saltos temporales y narraciones fragmentadas que transcurren en una suerte de Belle Époque de los ‘90 y su violenta década predecesora.