Reseña

El «Hispanismo»—disciplina mortífera y moribunda, pedagogía de la defunción: aprender a replegar y a desdecir lo autorizado, lo que nos lega el Imperio, los imperios. No se trata de rescatar lo «Hispano» ni (mucho menos) el «españolismo» convencionales, ni tampoco el «Hispanismo», ni el fantasmático «mundo Hispánico» que construyeron, en EEUU, las taxonomías políticas de la era Reagan; y que impulsaron mucho antes en España y América los debates de élites a raíz de las independencias y de las descolonizaciones americanas. Conformar en cambio un concepto que, por lo defectivo, por estar penetrado de españoladas y de historias siniestras, por respirar el hálito de leyendas negras, rosadas, imperiofílicas, puede resultar imprescindible a la hora de afrontar los conatos de fascismo que hoy se abren paso de la mano de la neoliberalización desbocada: lo Hispano, pero salvaje, desastrado, impropio. En la estela del trabajo de Jacques Derrida, defender la tesis que el valor crítico del Hispanismo salvaje, el traidor, el replegado, deriva del pliegue que lo habita (dice Denise Ferreira da Silva: «a figura fractal descreve uma implicação, um momento na infinidade»: el pliegue del Hispanismo defectivo es una im-plicacion), de su cualidad de concepto defectivo, de su función de archivo o narración de fracasos concretos. Disciplina moriendi se mueve entre la peninsula y las Américas; entre la filosofía, la estética, y la crítica literaria; entre la temprana modernidad, y la cultura contemporánea; entre Quevedo, Cervantes, Freud, Lope, Calderón, Velázquez, Viveiros, Ferreira da Silva, el marranismo, Derrida; asoman en estas páginas la bestialidad, el infanticidio, el magnicidio, la crítica al concepto de valor y a la axiología en general. Disciplina moriendi.