Estado de catástrofe y otros cuentos
Hay en estos relatos un mundo decadente y terrible, donde la crueldad convive con el humor y la ternura es concubina de la desesperanza. Las relaciones familiares son siempre complejas, pero aquí llegan a ser insoportables cuando las dificultades económicas, la locura y la enfermedad parecen demonios que se apoderan de los personajes. A pesar de eso, estas historias atemporales nos recuerdan la fuerza del espíritu humano frente a la adversidad. El sarcasmo desarma, la ironía ilumina y por instantes la tragedia puede transformarse en comedia y arrancarnos una sonrisa. Todo contado de una manera tan cruda y al mismo tiempo tan real, que no podemos dejar de leer sin pensar que así es nuestra sociedad, así somos, así son o pueden llegar a ser las relaciones de familia en situaciones catastróficas. Sin lástima, sin contemplaciones, la autora demuestra una admirable comprensión de la condición humana.