Reseña

En este libro que va de la poesía al ensayo, de la carta apócrifa al diccionario, del verso a la prosa, de la traza documental a la invención, de un minúsculo oso de agua a la monumentalidad de una ballena, Isabel Zapata despliega un arsenal de registros que nos conducen por la casa de la animalidad. Sabemos así que los pulpos tienen tres corazones en la cabeza y que en sus tentáculos albergan neuronas (¡piensan con los pies!). O que los caracoles son hermafroditas, caminan con el estómago y duermen siestas de una semana. O que los tiburones ponen huevos en forma de tornillo y los enroscan en el suelo. O que los huesos de los
topos brillan en la oscuridad. O que las ballenas lloran, como nosotres, cuando secuestran a sus hijes. Zapata viene a desmontar la jerarquía de lo humano por sobre lo no humano y a traducir un puñado de conocimientos científicos a poemas. El resultado es este bellísimo álbum con figuritas de las más diversas especies.