28 días de felicidad
Crónicas de los Juegos Santiago 2023
A veces siento que decir “nunca” y “siempre” es desafiar al tiempo.
Sin embargo, nunca había leído un relato con el corazón en la mano, nunca me habían entrado tantos puntos y comas al ojo; y nunca, pero nunca, me había emocionado tanto al ver un hipervínculo al cierre de un texto.
Nunca había percibido tanta vida en un conjunto de letras, palabras, oraciones y párrafos. Tal como la vida que Vicente percibió cual sonido ambiente en una reunión que gatillaría estos 28 días que estás por experimentar.
Estos son relatos sobre las pequeñas épicas que tienen nuestros cotidianos, no importa si es ante una multitud apasionada o ante nuestra propia conciencia. Son relatos donde la poesía te toma por sorpresa. Relatos donde la transparencia, humildad y honestidad al narrar el ejercicio del periodismo, reúnen las características claves para que las nuevas generaciones de colegas consideren este texto en sus lecturas. Nunca había leído un tipo de periodismo que incorporara de manera genuina la ternura. Además de relatar estos hechos históricos, aquel estilo podría cambiar las narrativas de los próximos años.
Estos son relatos sobre entregarse por entero, enamorarse de momentos, espacios, lugares, historias, personas, minutos, segundos, matemáticas, estadísticas, gritos, frases, sensaciones, recuerdos y decisiones. Que reviven con fidelidad el huracán de emociones que trajeron a nuestro país los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Santiago 2023.
Épicas que se mezclan con capas y capas de memorias que evocan otras historias, recuerdos propios, ajenos y colectivos. Vicente logra comunicar -observando y viviendo- esas pequeñas grandes coincidencias, que están presentes en el tiempo. Y es precisamente ahí, donde la ternura, pasión y magia, viven.
Sí, es verdad. Al vivir así, uno sufre. Sufre con lágrimas de emoción y pena, sufre con el corazón apretado por lo que pasó y por lo que quizás pase. ¡Pero pucha que uno vive!
Un detalle. Si usted no me cree cuando hablo de sincronías. Tome el hecho de tener este ejemplar en sus manos ahora, como la primera de sus coincidencias mágicas.
Insisto. En momentos como este, vive la magia.
Siempre.
Juan Pablo Molina
Periodista