La vida de Ginés Pérez
Un corrido entonado en la víspera de la oscuridad: eso es La vida de Ginés Pérez de Ramón Méndez Estrada. El libro, escrito por el poeta infrarrealista cuando tenía 21 años y trabajado incansablemente hasta su muerte, en 2015, nos presenta las memorias de un personaje marginal, un delincuente, que desde una celda nos relata las peripecias que lo han llevado a la situación extrema desde la que habla: muerte de los padres, miseria, suicidio de la amada y un largo, larguísimo etc. El personaje se inspira, por supuesto, en el Ginés de Pasamonte de la obra clásica de Miguel de Cervantes y Saavedra, galeote que cuenta su historia al ingenioso hidalgo en un capítulo del Quijote, forma que adopta la obra de Méndez Estrada.
El corrido de Ginés, sin embargo, a pesar de ser aullado con toda su fuerza, no cuenta con ninguna guitarra que lo acompañe: “Aquí las únicas cuerdas son las vocales, y la única caja de resonancia es la celda”, como nos lo dice Ramón en sus páginas. Vemos como su conciencia deriva, al azar de los acontecimientos, de un punto a otro de una vida marcada por la tragedia. Pero el texto no se remite por esto a una dimensión exclusivamente biográfica: La vida de Ginés Pérez funge como un punto donde lo individual y lo colectivo se encuentran puesto que, al lado de los hechos que conforman su existencia, encontramos el relato de episodios que remecieron a México, como la Revolución y el movimiento estudiantil del 68, violentamente liquidado el 2 de octubre en Tlatelolco, al que el poeta mexicano dedica su atención en algunos momentos del libro.
Pero si Ginés no tiene guitarra que lo acompañe, la poesía ocupa con creces el papel de guía en el recorrido que hace por los recovecos de su memoria; una poesía como la que caracteriza la obra de Ramón Méndez, poseedora de una potencia e intensidad propias, que se manifiesta con fuerza singular en esta Vida de Ginés Pérez a partir de una voz que se libera torrencial y obsesivamente, entre el yo y la Historia. Así, el libro se erige como un vasto lienzo en que vemos retratados algunos de los acontecimientos más importantes del acontecer mexicano, exaltados por el aullido de una conciencia que no cesa de arder incluso en la oscuridad.