75 años champion de Chile
A fines del siglo XVI el ganado que había en Chile no estaba bien identificado y era muy común que se extraviara.
Para evitar lo anterior, se ordenó que cada 24 y 25 de julio, en la fiesta del patrono de la ciudad Santiago Apóstol, se reuniera todo el ganado en lo que hoy es la Plaza de Armas de Santiago, para ser
identificado y apartado. Esta faena es la que constituye el nacimiento del rodeo chileno.
A fines del siglo XVII el rodeo se comenzó a reglamentar. Los jinetes retiraban el ganado de los corrales y en la pista central debían demostrar todas sus habilidades para apartarlo y conducir el suyo sin ayuda.
En 1949, en la antigua medialuna de Rancagua, comenzó a disputarse nuestro Campeonato Nacional de Rodeo.
Han pasado ya muchos años desde su primera celebración y hemos llegado al número 75.
Historias, vivencias, tradiciones, cultura, éxitos y fracasos. Es indudable que la historia del rodeo y de nuestro Campeonato Nacional están íntimamente ligadas a Chile, a nuestra patria.
¿Cómo mirar atrás? ¿Qué tenemos que observar? ¿Qué se debe rescatar? Es un gran desafío. Muchas veces nos quedamos con los recursos de los resultados deportivos o de las grandes obras, como fue la construcción de la Medialuna de Rancagua o los campeonatos que se hicieron en distintas ciudades. Los que hemos sido testigos y partícipes en la historia de esta justa deportiva y tradicional de los campos chilenos también guardamos en nuestras retinas anécdotas, experiencias y vivencias.
Detenerse precisamente en estos 75 años es observar todo lo que hemos hecho, lo que hemos construido, para poder mirar con claridad hacia adelante y proyectar nuestro futuro. El desafío de los huasos de hoy es construir el rodeo del mañana. Para eso sirve la historia. No como una nostalgia de tiempos pasados, sino como un conjunto de experiencias para construir un futuro mejor. Es indudable que nuestro deporte nacional ha estado ligado a Chile, a su esencia, a su patrimonio cultural. Nuestra responsabilidad es que eso siga así, se profundice y sea cada vez mejor.
Aquellos que organizaron el primer Campeonato Nacional, seguramente, lo hicieron pensando en que este evento deportivo fuera exitoso, pero también lo hicieron pensando en que se mantuviera en el tiempo. Año a año tenemos una liga deportiva. Se realizan cientos de rodeos en el país. Son miles de personas las que cada fin de semana de la temporada, acompañados por sus familias, salen a correr la vaca. En distintas comunas, con distintos jinetes y caballos, con distintos climas, distinto público, pero con un objetivo común: correr algún día el Campeonato Nacional de Rodeo. Esta es la esencia de la conmemoración de estos 75 Campeonatos Nacionales: que existe un lugar, un momento, en el que todo corralero, huaso, amante del rodeo, espera participar.
En 25 años llegaremos al centenario de nuestro campeonato. ¿Cómo nos gustaría vernos en ese momento?, ¿cómo responder esta pregunta? Sin lugar a dudas nadie tiene hoy la verdad absoluta sobre lo que ocurrirá en el futuro, pero si hay algo que podríamos desde ya afirmar: nos gustaría ver un rodeo vivo, que siga siendo la expresión cultural de Chile. Nos gustaría que fuera sostenible. Nos gustaría que continuara siendo una actividad profundamente preocupada por el bienestar animal y amable con el medio ambiente. Nos gustaría que la siguieran practicando cada vez más mujeres, hombres, niñas y niños. Que todos tengan un espacio. Nos gustaría que nuestro deporte se vinculara cada vez más con la sociedad y que simplemente la sociedad dijera ahí está el rodeo, nuestro deporte nacional.
Los huasos que organicen la copa del centenario tendrán los mismos sueños que los que organizan la copa de estos 75 años y los mismos que los que organizaron el primer Campeonato Nacional en 1949. Ese es nuestro desafío: que el rodeo siga siendo el deporte nacional.