Abandónicos
Colectivo de escritores de los Pueblos Abandonados
Un fantasma recorre la República, el rumor de una poética territorial o las voces exegéticas de una certidumbre tópica, el fantasma de la provincia. ¡Qué duda cabe! Frente a la banalidad burda de los cánones que la razón metropolitana dictamina, con sus críticos academicoides, su discursividad patética y compensatoria, y sus relaciones políticas de poder, la escritura territorial se manifiesta como una propuesta simbólica y material de la diversidad de prácticas escriturales de nuestro país. Surge en un momento en que el campo político se descompone con la hegemonía perversa de una derecha que insiste en imponer su proyecto antinacional y con una Concertación corrupta que se niega a profundizar la democracia y que es cómplice del modelo impuesto por la oligarquía.
En este contexto un grupo de escritores que habitan en la provincia manifestamos que una nueva voluntad de escritura, centrada en la independencia y las autonomías locales, y que pretende ensayar la reescritura territorial como registro de estas prácticas, se propone como una poética que le hace frente a la ofensiva canónico-institucional que las políticas culturales de la derecha y de la Concertación han promovido. Esta poética territorial, que también tiene la forma que llamamos “pueblos abandonados”, se aleja de la metafísica autoral narcisista y de la obsesión editorial y/o académica que rige el campo literario metropolitanizado.
El escritor territorial se hace cargo de las demandas colectivas y participa de las luchas o causas particulares de su pueblo. Es parte activa de las asambleas ciudadanas de su localidad, lucha con los estudiantes en las calles, pone su capacidad letrada al servicio de un proyecto emancipador.
Primer Manifiesto de los Pueblos Abandonados, Llolleo, 2013