Reseña

Barriales como canchas de límites difusos, arcos imaginarios, pichangas donde el tiempoespacio parece detenerse. Los niños corren agitados tras un balón. Tocarlo es tocar la sustancia de la vida, sentir por un momento la fuerza originaria del trabajo en equipo, la comunidad, el roce dorado de los cuerpos bajo el sol. La vida es redonda y da bote, debut narrativo de José Ruiz Quinteros, nos sumerge en un mundo donde todo gira alrededor de una esfera cargada con la pasión del encuentro, el juego y la aspiración del fútbol provinciano. Pasando por cada categoría, los trece relatos de este libro conjugan la manera en que este deporte trasciende generaciones: la infancia, la adultez y la categoría senior, cada una cruzada por la experiencia sublime de la redondez, la redondez de la vida y su bote incesante, su apertura a la improvisación, el arte y la técnica, sus penas y alegrías. Y es que la sutil crítica a la desigualdad social que se da a partir de la descripción de una cancha o la indumentaria deportiva, no logra opacar el acérrimo vitalismo que rezuma de estas páginas: la efusión de un gol, el palmoteo entre compañeros, la atención de los unos con los otros. La partida fue, es y volverá a ser, parece querer decirnos el libro, sin ánimo de clausurar una lectura que sin duda queda abierta y por escribir. Siendo uno de los escasos referentes a nivel nacional de la literatura deportiva escrita desde provincia, el libro pisa firme la tierra y echa a correr: es un aporte significativo por su capacidad de unir mundos y percepciones diversas en torno a la lectura.